Cigarette électronique: «Il ne faut pas se tramLe Point – Le Point (revista semanal francesa), 15/09/2019
El cigarrillo electrónico está en el punto de mira en Estados Unidos, donde seis personas han fallecido y más de 400 padecen una enfermedad pulmonar severa causada supuestamente por el consumo de este producto. Donald Trump planea prohibir la venta de cigarrillos electrónicos de sabores, que causan furor en los institutos del país, mientras que la ciudad de San Francisco ya ha vetado su comercialización. Todo esto se suma a la postura de la OMS, la cual afirmó el pasado mes de julio que «es indiscutible que el cigarrillo electrónico produce efectos nocivos».
En Francia ha sido la eurodiputada de Europa Ecología-Los Verdes, Michèle Rivasi, quien ha alzado la voz últimamente, al hablar de «opacidad sanitaria absoluta». Ha llamado a aplicar el principio de precaución por cuanto se refiere al vapeo y ha solicitado la revisión de la directiva sobre los productos del tabaco. Así pues, ¿está justificado el escrutinio al que está siendo sometido el cigarrillo electrónico en las últimas semanas?
¿De verdad es tan peligroso como lo pintan? Gérard Dubois, catedrático de Salud Pública, miembro de la Academia de Medicina francesa y coautor del informe sobre el cigarrillo electrónico de 2015, ha respondido a nuestras preguntas.
Le Point: ¿Debemos tener cuidado con el cigarrillo electrónico?
Gérard Dubois: El mejor cigarrillo es el que no se fuma, independientemente de que sea electrónico o no; en eso estamos todos de acuerdo. Sin embargo, lo que es indiscutible cuando nos referimos al fumador de tabaco es que es preferible el vapeo al consumo de cigarrillos. Por tanto, la respuesta a la pregunta de si el cigarrillo electrónico es menos peligroso que el tabaco es que sí, rotundamente. ¿Ayuda a dejar de fumar? Cada vez contamos con más estudios serios que así lo confirman. De hecho, es el caso de uno de ellos, aleatorio, publicado en la revista New England Journal of Medecine, una publicación seria, el cual demuestra que el cigarrillo electrónico ayuda mejor a dejar de fumar que el resto de sustitutos de nicotina, como los parches o los chicles.
Justamente es en Estados Unidos donde el vapeo está en tela de juicio.
Hoy en día la confusión es total. Por tanto, debemos entender el contexto y no mezclar la información. De repente, en cuestión de dos meses más de 400 personas, de las cuales 6 han fallecido, se han visto afectadas por esta epidemia de enfermedades pulmonares que ha estallado al otro lado del charco y cuya causa, supuestamente, es el uso de este producto. A esta epidemia se suma un segundo hecho, que se produjo el pasado mes de julio. Entonces la OMS afirmó torpemente en la conclusión de un informe sobre el tabaco —elaborado por Estados Unidos para este organismo con el fin de desentrañar las incógnitas que rodean al cigarrillo electrónico— que los efectos nocivos de este dispositivo son indiscutibles. Desde ese momento, toda la profesión, más del 80 % tabacólogos, plantó cara a las afirmaciones de la OMS.
Esto fue antes de la epidemia…
Que no cambia nada. Hoy la gente sigue sin entender la postura de la OMS. Sin embargo, en este caldo de cultivo es como si la epidemia viniera a reforzar la idea falsa de «efectos nocivos indiscutibles», y llevara a plantearse la disyuntiva de si, finalmente, lo que deseamos es un mundo libre de humos para evitar que haya muertos o directamente un mundo sin nicotina.
A todo esto se suma la enorme cobertura mediática dada a las muertes atribuidas torticeramente al cigarrillo electrónico, la postura inapropiada de la FDA (Food and Drug Administration, NDLR), ¡hasta el presidente Trump y su esposa se han posicionado!
¿De verdad que el cigarrillo electrónico no tiene nada que ver?
Este producto se comercializa desde el año 2010, con lo que disponemos de cierta información. De repente, surge aparentemente de la nada una epidemia con 400 casos de personas afectadas por enfermedades pulmonares severas, de las cuales 6 han fallecido. Es una epidemia brutal, que está muy localizada. Pertenezco a una asociación mundial de lucha contra el tabaco. Desde que la epidemia se desencadenó en Estados Unidos, se activó una alerta para detectar rápidamente cualquier caso similar en el resto del mundo. Seguimos sin ninguna coincidencia. No es sorprendente: las últimas investigaciones han demostrado rápidamente que, en más del 80 % de los casos, las personas aquejadas por estas enfermedades en Estados Unidos han utilizado el cigarrillo electrónico para consumir sustancias oleosas con THC (la molécula activa del cannabis). Los cigarrillos electrónicos no han sido concebidos para la combustión de sustancias oleosas que van a destrozar los pulmones. Debemos ser claros: en la epidemia estadounidense, ninguno de los productos legales ha sido cuestionado. Ni uno solo.
Entonces, ¿el cigarrillo electrónico es una buena alternativa para dejar de fumar?
La primera muerte atribuida al cigarrillo electrónico copó la portada de todos los periódicos. Sin embargo, ese mismo día murieron 1500 fumadores en Estados Unidos por causa del tabaco y ¡22 000 en el mundo entero! Y no se dijo ni una palabra. Así que sí: el cigarrillo electrónico es una buena alternativa. Ahora hablemos de la historia de este producto, que no ha sido creado por médicos o la industria farmacéutica, sino por un ciudadano chino tras el fallecimiento de su padre por un cáncer de pulmón. El cigarrillo electrónico es fruto de las tribulaciones de un genio que parte de una sencilla premisa: ¿qué es letal en el tabaco? La combustión del tabaco produce monóxido de carbono (infarto) y alquitrán (cáncer). ¿Qué crea adicción? La nicotina. Por tanto, la idea era crear un producto que se fumara como el tabaco, pero sin las sustancias peligrosas. Es decir: en un cigarrillo electrónico se mezcla la nicotina con una sustancia que no es tóxica. Después de calentar el líquido, los vapores transportan la nicotina mediante la inhalación.
¿Estas sustancias son peligrosas?
Los dos líquidos más utilizados son la glicerina y el propilenglicol. Son sustancias muy comunes; también se utilizan para fabricar el humo para espectáculos o para las pistas de baile de las discotecas. Si fueran altamente peligrosas, hace tiempo que lo sabríamos.
Por tanto, ¿el cigarrillo electrónico cuenta sobre el papel con todos los elementos para ser un sustituto eficaz de la nicotina?
Para que sea eficaz de manera generalizada y ayude a la gente a dejar de fumar, es necesario que el sustituto de la nicotina cuente con el favor de los fumadores. El parche es eficaz, sí, pero si casi nadie lo usa, su utilidad no es generalizada. El cigarrillo electrónico ha sido creado por fumadores para fumadores y ese es el motivo por el que les resulta más atractivo.
Así que, sí, es un sustituto eficaz, igual que los parches que pegamos en la piel o el chicle que mascamos. La gran diferencia está en que los chicles y los parches son productos farmacéuticos probados, cuyo uso está recomendado hasta para mujeres embarazadas, mientras que el cigarrillo electrónico no, porque no es un medicamento. Es un producto de consumo corriente, lo que no significa que no deba regularse.
Sin embargo, desde el mismo momento de su comercialización comenzaron a plantearse grandes interrogantes sobre sus riesgos…
Los primeros temores que suscitó su llegada al mercado tenían que ver con la seguridad técnica. Se trata de un producto que se calienta mediante una resistencia, con lo que había que evitar a toda costa que le explotara en la cara o en la mano al consumidor. Ya no hay nada que temer en ese sentido en Francia: estos productos están controlados. Solventado este problema de seguridad, nos quedan entonces un producto electrónico y una base líquida para rellenarlo, que no entrañan riesgo alguno. La cuestión está en que, después, empezamos a introducir sabores dulces que hacen las delicias de las papilas gustativas…
Por tanto, el principal interrogante que queda por resolver sobre un producto tan fácil de obtener es si el cigarrillo electrónico no es la antesala del tabaquismo, sobre todo para los jóvenes, que es la preocupación actual de los estadounidenses.
Estados Unidos tiene motivos fundados para preocuparse por este asunto. Juul se ha posicionado como empresa líder con un 70 % de la cuota de mercado, gracias a unos cigarrillos electrónicos pequeñitos. Son una verdadera monada, parecen un USB y apenas producen humo. Pero lo mejor es que utilizan unas bases líquidas que concentran dosis muy altas de nicotina, que de hecho no existen en Francia. Así es: con este tipo de producto, los jóvenes se enganchan en Estados Unidos. Primero es la nicotina, y luego el tabaco.
¿Qué sucede en Francia?
Esta preocupación tiene su razón de ser en Estados Unidos, pero no aquí, porque regulamos el producto desde el principio; nos anticipamos. Recordemos que su venta está prohibida a menores, lo que supone un obstáculo para el acceso generalizado. Por otro lado, uno de cada dos jóvenes que prueba el tabaco se convierte en fumador, mientras que con el cigarrillo electrónico la proporción es de uno de cada seis. Este es el motivo por el cual un estudio del profesor Dautzenberg demuestra que el consumo global de nicotina entre los jóvenes, en todas las modalidades (cigarrillos electrónicos y tabaco), baja. Por tanto, no hay que dar pábulo a las ideas falsas en el contexto mediático actual. Además, según la Sanidad Pública francesa, al menos 700 000 fumadores han conseguido desengancharse gracias al cigarrillo electrónico. Lo que hace la epidemia —que nada tiene que ver con este producto, sino con su mal uso— es recordar a Estados Unidos la inexistente o magra regulación del cigarrillo electrónico, despertando las conciencias de golpe: es necesario regular esto, prohibir aquello, etc. Lo que en definitiva no deja de ser un duro recordatorio de la crisis de opioides que el país atraviesa actualmente. Son víctimas de su laxitud reguladora, de sus políticas cortoplacistas; todo lo contrario de lo que sucede en nuestro país, en Inglaterra y en Canadá.
¿Qué podemos decir a aquellos que quieren prohibirlo?
¡Pues que sería totalmente absurdo prohibirlo! Es como si quisiéramos prohibir la fabricación de vasos porque una persona ha muerto tomando white spirit en uno. O, incluso, volver a prohibir la venta de jeringuillas para evitar que la gente se pinche, ¡una medida derogada hace 30 años! Es exactamente lo mismo. En Francia están controlados la técnica del producto, la lista de sustancias aprobadas para los productos de recarga, y los límites de concentración de nicotina, cosa que no sucede en Estados Unidos.
Parece que esto le molesta… En medio de este galimatías, lo que es verdaderamente grave, irresponsable y perjudicial, es que aquellas personas que estaban a punto de pasarse del tabaco al cigarrillo electrónico ahora se van a mostrar reacias, a resultas de las declaraciones de la OMS, las posturas de la FDA, las declaraciones de Trump y esta epidemia, que lleva la etiqueta equivocada. Peor aún: algunos van a dejar el cigarrillo electrónico y van a volver al tabaco, que sí va a matarlos. Esta situación va a causar miles de muertes. El tabaco mata a la mitad de sus fieles consumidores. Es el peor de los productos, el más peligroso en venta libre. ¡No se confundan de enemigo!