El vaporizador es, sin lugar a duda, uno de los productos más revolucionarios del siglo XXI debido a su carácter innovador, tanto en el ámbito científico como en el social.
Los orígenes de los vaporizadores se remontan a 1963, cuando el inventor H.Gilbert presentó la primera alternativa al cigarrillo. Se trataba de un dispositivo que no incluía nicotina y servía para dejar de fumar. Sin embargo, era una época en la que el consumo de tabaco estaba muy extendido. Esa fue, precisamente, la razón que provocó que la idea de Gilbert no llegara a materializarse: presentaba su invento como más saludable que el tabaco, cuando el propio tabaco no era considerado entonces malo para la salud.
No fue hasta el año 2001 cuando Hon Lik, un farmacéutico que perdió a su padre debido a un cáncer de pulmón, empezó a trabajar en un nuevo dispositivo que permitiría a los fumadores disfrutar de la misma sensación sin la necesidad de inhalar las sustancias químicas ni cancerígenas que desprenden los cigarrillos. Además, incorporó diferentes cantidades de nicotina en los líquidos para que fuera el propio usuario el que pudiera consumirla en varias medidas hasta abandonarla por completo. Este producto tuvo una total aceptación en el mercado chino y poco a poco se fue extendiendo por todo el mundo.
El primer dispositivo moderno fue presentado por primera vez en 2004 a través de la compañía farmacéutica china Ruyan. Un año después, la empresa comenzó a exportar vaporizadores fuera de China y los primeros sistemas de vapor electrónicos llegaron a Europa y Estado Unidos.
¿Es seguro vapear?
Ante el auge de estos nuevos dispositivos, la Organización Mundial de la Salud se convirtió en la primera institución internacional que hizo referencia a este producto: evitó iniciar el debate sobre la seguridad que proporcionaban los vaporizadores a sus usuarios, pero prohibió darlos a conocer como herramientas para dejar de fumar. Lejos de disminuir su popularidad, al no presentar los efectos negativos que podían provocar, los vaporizadores comenzaron a crear más confianza entre la población.
De este modo, estos dispositivos traspasaron las fronteras del gigante asiático y comenzó así la primera gran expansión a nivel internacional. A partir de 2011 también surgieron voces discrepantes sobre la seguridad de los usuarios que vapeaban. No obstante, el mercado crecía con fuerza y los vaporizadores cada vez tenían más adeptos.
Popularización del vapeo
Tras el éxito de su producto, Hon Lik se unió en 2013 a Fontem Ventures, una filial del grupo Imperial Brands, líder en tecnología de vapeo. Dos años después, los representantes de Salud Pública de Inglaterra publicaron un estudio que demostraba que la cocción al vapor es al menos un 95% más seguro que fumar.
Con unas evidencias científicas solventes, procedentes de organismos oficiales y reconocidos mundialmente, y un sistema tecnológico en continua evolución, las ventas mundiales de los vaporizadores equivalían en 2014 a cinco mil millones de dólares. Cuatro años después, solo en España, el sector facturó 37 millones de euros en el primer semestre del año 2018, lo que supuso un incremento del 28% respecto al mismo periodo del año anterior.
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